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Cambio al horario de verano.

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Durante el 2024, como cada año, va a haber dos cambios de hora en España, para pasar al horario de invierno a verano y otra para pasar del de verano al de invierno, dos cambios en los relojes que consisten en adelantar o atrasar una hora, una vez en marzo y otra vez en octubre.

El horario de verano comenzará el último domingo del mes de marzo, por lo que habrá que adelantar el reloj en una hora durante la madrugada que va del sábado 30 de marzo al domingo 31 de marzo de 2024.

Este cambio de hora de verano se realiza a las 02.00 horas (horario peninsular), cuando se deberá adelantar el reloj a las 03.00 horas, por lo que ese día tendrá 23 horas de duración, una hora menos.

Los días empiezan a alargarse

Aunque el cambio de hora se relaciona con días más largos, lo cierto es que los días comienzan a ampliar su duración cuando comienza el invierno, aunque la salida y la puesta del Sol varían en función del lugar en el que nos encontremos, incluso, dentro del mismo país.

En el caso de la Comunidad de Madrid, desde el pasado mes de diciembre, cada día se gana un minuto más de sol, ya que el atardecer se produce cada día un minuto más tarde, concretamente, a partir del 16 de enero de 2023, cuando el Sol se ponía a las 17.49 horas. Actualmente, a 22 de enero de 2024, el sol en esta región se pone a las 18.20 horas.

Solsticio de invierno

Este cambio tiene que ver con el solsticio de invierno, que corresponde al momento en que la Tierra pasa por el punto de su órbita desde el cual el Sol presenta su máxima declinación sur. Este se produce entre el 21 y el 22 de diciembre en el hemisferio norte. Como resultado, ese es el día con menos horas de Sol del año.

Durante varios días, la altura máxima del Sol al mediodía parece no cambiar, y debido a ello, al comienzo del invierno también se le llama solsticio de invierno (del latín solstitium, Sol quieto). Después de este momento, los días comienzan poco a poco a aumentar en duración, hasta el solsticio de verano.

Solsticio de verano

Esto es justamente lo contrario de lo que pasa en el solsticio de verano, cuando el Sol alcanza su mayor elevación sobre el horizonte al mediodía. Este momento tendrá lugar el 20 de junio de 2024, que será el día con más horas de Sol del año. De hecho, el Sol saldrá a las 06.44 horas y se pondrá a las 21.48 horas.

¿Por qué en marzo?

Todos los años, tanto en marzo como octubre, se abre un debate sobre el cambio horario, ya que hay personas que no lo ven necesario en nuestro país, sobre todo, haciendo alusión al horario de invierno, en el que anoche demasiado pronto.

La hora se cambia dos veces al año con el objetivo de ajustar las horas de luz solar a la jornada laboral general para, de este modo, ahorrar energía y gastar menos luz en el ámbito público.

Sin embargo, en los últimos años, más países europeos se han unido al cambio horario, pero no por el ahorro energético, sino por la necesidad de sincronizar los horarios con países vecinos, tal y como se comenta en mencionado artículo publicado en el Anuario del Observatorio Astronómico de Madrid para el año 2013 (IGN).

Estos dos cambios horarios vienen reflejados en la Directiva 2000/84/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 19 de enero de 2001, donde se establece que el período de la hora de verano terminará en todos los Estados miembros a la 1 de la madrugada, hora universal, del último domingo de octubre.

El verano en 2024

Aunque en el último domingo del mes de marzo acaba el horario de invierno y comienza el de verano, la estación como tal todavía no entra en vigor.

El verano de 2024 en el hemisferio norte comenzará el día 20 de junio a las 22.51 horas. Esta estación durará aproximadamente 93 días y 16 horas, y terminará el 22 de septiembre con el comienzo del otoño.

Cambio horario y salud

Aunque hay personas que no notan fisiológicamente el cambio de hora, hay otras que sí que aluden a algunos aspectos de la vida cotidiana que se ven influenciados por el hecho de atrasar una hora los relojes. En concreto, los que tienen que ver con las costumbres diarias, como el sueño o el apetito.

Este factor está relacionado con el reloj biológico y afecta, sobre todo, a las personas que llevan una rutina muy marcada durante su día a día: se levantan siempre a la misma hora; trabajan, estudian o realizan ejercicio en la misma franja horaria; hacen las comidas en un mismo horario y se van a dormir siempre a la misma hora.

Si se mantienen estos hábitos, es posible que el insomnio, la falta de concentración, la irritabilidad o el bajo estado de ánimo o el cansancio afecten a estas personas durante la jornada en la que se cambia la hora en octubre y en los días posteriores, hasta que se vuelven a acostumbrar al horario y al cambio de las horas de luz. Básicamente, es lo mismo que sucede con el jet lag al realizar un viaje.

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